08.03.06. El fallecimiento del famoso delantero centro del Atlético de Bilbao (en aquellos años se llamaba así) y de la selección española me lleva a unas reflexiones que rozan con lo político.
En Zarra destacaba su nobleza. En quince temporadas sólo fue expulsado en una ocasión y por equivocación. A principio de la temporada 1949-50, jugando contra un equipo de Málaga, renunció a marcar un gol, lanzando el balón fuera de la banda, al ver que el adversario no pudo seguir la pugna por la pelota. No recuerdo exactamente cómo fue el incidente. Pero sí, que en el partido de vuelta, en Bilbao, el equipo andaluz le homenajeó y le regaló una insignia del club en metal y piedras preciosas.
Zarra fue un ejemplar más de la tradicional nobleza de los vizcaínos. Nobleza que tantas simpatías nos granjeó por toda España.
Eran los tiempos en que el Athletic no estaba politizado (nos consta que Zarra ha lamentado esa evolución). Era el equipo de todos. El equipo que más seguidores tenía fuera de su región. Eran los tiempos en que ganaba trofeos. La final de copa se jugaba en Madrid entre el Athletic y otro equipo. Eran los tiempos en que Bilbao y Vizcaya suscitaban simpatías en toda España, aunque los sembradores de odio hayan gustado de hablar del “odio español a lo vasco”.
Han cambiado los tiempos. El fútbol se ha mercantilizado hasta unos extremos imposibles de imaginar. El público ha ganado en apasionamiento y perdido en educación. La cantera vasca ha quedado devaluada ante la afluencia de extranjeros y la difusión de la práctica del fútbol por otras regiones españolas.
El Athletic ya no gana trofeos. Por el contrario, está en peligro de descenso. Desde hace años la directiva está controlada por el PNV y sometida a sus consignas. Descanse en paz Telmo Zarraonaindía. Jugador extraordinario, hombre bueno, prototipo de nobleza, vizcaíno ejemplar y gloria de fútbol español.
Zortzigarrentzale