Carta del presidente a los afiliados de la Comunión Tradicionalista Carlista

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Estimados correligionarios,

Como una más de las mil vicisitudes de nuestra gloriosa Comunión Tradicionalista, nos encontramos ahora con la convocatoria de un Congreso Extraordinario para este próximo fin de semana. Será un Congreso Extraordinario y telémático, limitado prácticamente a la renovación de la Comisión Permanente de la Junta de Gobierno. Esta renovación irá acompañada -no podría ser de otra forma- de las explicaciones pertinentes por parte de la Junta saliente así como de la presentación de varios documentos que explican el marco general que guiará en la siguiente etapa a la Junta de Gobierno de la Comunión Tradicionalista Carlista en aspectos importantes como la tesorería y la afiliación.

MOTIVOS PARA LA CONVOCATORIA DE UN CONGRESO EXTRAORDINARIO

Los motivos que nos han llevado a esta convocatoria son varios. Por un lado lo más urgente era la necesidad de realizar el nombramiento de un nuevo tesorero. Nuestro querido Javier Zazu dimitió de su cargo hace varios meses por motivos personales y si no hemos realizado antes el trámite de su sustitución formal -que ha de ser mediante un Congreso- ha sido en parte debido a las conocidas dificultades y restricciones legales para la organización de cualquier evento. Otra causa importante de retraso ha sido un requerimiento del Tribunal de Cuentas que nos obligó a dedicar todo el mes de octubre a elaborar una revisión de toda la contabilidad de la Comunión de los últimos cuatro años.

Además, ante la inminencia de un Congreso Extraordinario, otros miembros de la Junta de Gobierno han decidido también dimitir de sus cargos en la misma. Se trata de Carlos Ibáñez Estévez, Félix Zorrilla, Miguel Angel Belmonte y Miguel Angel Bernáldez. En todos los casos han alegado motivos personales que les dificultan seguir al frente de la responsabilidad -cada vez más exigente- que supone ser miembro de la Junta de la Comunión. Seguiremos contando con todos ellos en nuestra Comunión aunque con otra clase de militancia. Todos somos necesarios, pero ninguno imprescindible.

En mi caso he decidido también poner mi cargo a disposición del Congreso de la Comunión. Llevo sólo dos años como Presidente, pero muchos más formando parte de la Junta. Desde 2007 como Secretario General, y antes como secretario de comunicación y de organización y como presidente regional en Navarra. No es bueno eternizarse en los cargos, y aunque a Dios gracias no me faltan ni ilusión por servir al Carlismo, ni fe en la Causa, sí que creo que prolongar los mandatos más allá de lo necesario produce un desgaste y no ayuda a la vitalidad de la organización.

NECESIDAD DE RELANZAR LA LIGA TRADICIONALISTA

Si, tal como venimos hablando, la nueva Junta lo considera oportuno, me gustaría colaborar en lo sucesivo en el relanzamiento de la Liga Tradicionalista, como coordinador de la misma. En relación con esto suelo decir últimamente que tengo “el corazón partido”. Por un lado entiendo que en los momentos actuales -tal como hicieron nuestros mayores en los momentos históricos más disolventes- debemos alentar la “guerra de guerrillas”, la proliferación de grupos, asociaciones, círculos, etc. que, desde el ámbito local o sectorial, contribuyan a la creación de una auténtica red social y cultural en defensa de la España Tradicional. Por otro lado, considero que la Comunión Tradicionalista Carlista, nuestra Comunión, ha de ser el “núcleo duro” insustituible de esa España Tradicional. No por nuestros méritos, sino por la sencilla razón de que representamos la continuidad del orden político y social previos a la Revolución liberal, y la fuente más genuina para beber de la Tradición española. Y digo que tengo “el corazón partido” porque me gustaría ayudar por igual en los dos frentes y que entre todos lográramos ese equilibrio necesario: lograr una Comunión que se mantenga y crezca como organización fuerte, como punto de referencia firme para todos los españoles y, al mismo tiempo, una constelación de entidades autónomas que, con plena libertad y cada cual según su vocación propia, pero mínimamente coordinadas, contribuyan al fortalecimiento de la base social tradicionalista. Y eso tiene que ser la Liga Tradicionalista.

LA IDENTIDAD CARLISTA EN LA CRISIS ESPAÑOLA ACTUAL

En cuanto a la situación general política y social de España a nadie se le escapa que estamos en un momento gravísimo. Con la excusa de la epidemia, y de la mano de un gobierno cada vez más sectario, se están agravando enormemente todos los problemas que veníamos arrastrando: el laicismo y la cristofobia, los ataques a la familia y a la tradición, el empobrecimiento general de nuestra nación, el despedazamiento material de España y hasta la amenaza de una nueva república que no sería mejor que la del 1931. Todo ello envuelto en un mensaje totalitario, mentiroso y liberticida, cada vez más intolerante con las minorías disconformes. En estas circunstancias la Comunión debe incrementar la seriedad de su organización, la militancia de sus miembros, el compromiso de todos los carlistas. Nuestro mismo lenguaje y formas de comunicación tendrán que adaptarse a las nuevas circunstancias, con prudencia, pero con firmeza. Tendremos que hacer todo lo posible para salir de las burbujas confortables de internet y estar cada vez más visibles en la calle, con nuestras pancartas y estilo propio, para liderar o apoyar cualquier reivindicación social sensata. Y también para ofrecer esa formación doctrinal que solo nosotros podemos ofrecer, especialmente a los jóvenes, y para la cual contamos con buenos instrumentos como son el Foro Alfonso Carlos o los campamentos de Cruz de Borgoña. Por último, me parece importante que tratemos siempre de establecer contactos o alianzas con los españoles que defiendan unos mínimos comunes, pero garantizando al mismo tiempo nuestra identidad carlista, tan diferente del conservadurismo liberal y del españolismo sin fundamento.

NECESIDAD DE UNA COMISION PERMANENTE RENOVADA Y LINEAS GENERALES DE ACCION

Para hacer frente a esta nueva etapa vamos a pedir al Congreso carlista su apoyo para una nueva Comisión Permanente más reducida que estará formada por los siguientes cargos: Presidente, Secretario General, Tesorero, Secretario de Propaganda y Secretario de Formación. La razón de ser de estas dos secretarías nacionales responde a los dos pilares de la acción carlista: uno, ad extra, ha de ser el de las tareas propagandísticas, para hacer llegar nuestra voz a todos los españoles. El otro, ad intra, para ofrecer a nuestros afiliados y simpatizantes la formación política y la solidez doctrinal que sólamente el Carlismo puede aportar.

Por todo ello, y yendo a lo más práctico, las líneas generales que ha de seguir la Comunión en estos próximos años -y que explicará mejor que yo la nueva Junta que salga del Congreso- tienen mucho que ver con el fortalecimiento de la organización. Y ese fortalecimiento tiene que ser financiero, basado en un sistema eficiente de cuotas de afiliación, y organizativo primando la afiliación, el proselitismo y la militancia. Espero también que la nueva Junta pueda retomar con ilusión los trabajos interrumpidos del Plan Estratégico y que para ello procure, en cuanto sea posible, la convocatoria de un Congreso presencial, en el que tengamos tiempo y tranquilidad para hablar las cosas cara a cara.

Esto es todo por el momento. Solo me queda desearos a todos una muy feliz y santa Navidad. No me despido porque no me estoy jubilando, ni mucho menos. Solo estoy dejando una responsabilidad y pasando el testigo a otros correligionarios para quienes pido todo vuestro apoyo. Ha sido un gran honor ser el presidente de los carlistas más leales, de los auténticos españoles. Por muchas cosas que haga en la vida, no creo que pueda llegar a ser nada tan importante como ex-presidente de la Comunión.

En Xto. Rey,
F. Javier Garisoain Otero