Posición demoledora y perjudicial de las juventudes de UPN
16.01.09. Es pública la propuesta que el presidente de Juventudes Navarras de UPN, Sr. Sayas, va a dirigir al VIII Congreso de su partido político, en la que pide el reconocimiento de “los distintos tipos de familia que existen en la sociedad”, para que así UPN “siga dando pasos hacia el centro político”. A ello se suman las recientes e inaceptables afirmaciones en su escueta pero significativa entrevista para “ReporteroDigital” (Pamplona).
Las Juventudes Carlistas de Navarra (CTC) nada tendrían que decir de tratarse sólo de una cuestión interna y doméstica del partido UPN, como nada dijeron de la escandalosa ruptura entre UPN y PP, tan contraria a la confianza de los votantes en las últimas elecciones, ajenas por sistema al “mandato imperativo”, ruptura que a nosotros no nos extraña debido al dominio de la partitocracia y al posterior acercamiento entre UPN y PSN. Al hacerse pública la propuesta del Sr. Sayas –al igual que su citada entrevista-, queremos manifestar, para evitar engaños a la juventud sana aunque algo ingenua, que la propuesta del Sr. Sayas y sus Juventudes es demoledora y perjudicial.
Como es demoledora para la sociedad, las Juventudes Carlistas de Navarra (CTC) rafirman la familia natural como célula fundamental de la sociedad navarra y como único modelo legal, formada por un hombre y una mujer, abiertos a la vida, y con un compromiso para toda la vida conforme al Derecho Natural. Además, gran parte de los matrimonios navarros son tales para los contrayentes por ser elevados a la dignidad de sacramento cristiano.
La propuesta del Sr. Sayas es perjudicial para la formación política de la juventud Navarra, y para el respeto que nos merece la política. Los modelos y proyectos que ofrecen los Gobiernos y los partidos políticos, hoy son causa ejemplar y modelan las conciencias de nuestra sociedad desvertebrada, y no al revés que es como debiera de ser, porque hoy día la sociedad civil está en una aguda crisis por ser absorbida por la partitocracia y el Estado. Además, lejos de la actual demagogia, recordamos al Sr. Sayas de UPN, que la política no debe subordinarse a la simplificación juguetona y caprichosa de las palabras, en este caso del término “centro”, utilizado para crear una imagen política y electoralista. En este “centro” cada vez caben más barbaridades, y expresa un continuo y acomplejado desplazamiento hacia una sociedad cada vez, y en estado de aceleración, más deshumanizada. Así no vamos a ninguna buena parte.
No sabemos si la propuesta del Sr. Sayas tiene relación con la engañosa campaña de captación previa de jóvenes. Ambas pretenden levantar un supuesto frente ante la deshumanización que supone el programa de las izquierdas. En realidad, más adecuado sería que fuesen a captar para sus filas a jóvenes inquietos del PSOE que –es un decir- a la salida de alguna Iglesia, aunque lo primero contraríe el prestigio fundacional de UPN. Más que alejarnos de la deshumanización de otros programas, el Sr. Sayas nos acerca a ella con ideas contrarias al Derecho Natural y a los valores cristianos que –además de elevarlo- lo salvaguardan. Nos acerca a ella con una frívola separación entre vida privada y pública, en contra de la juventud sana de Navarra, que hasta ahora tanto ha aprendido en el seno de sus familias como su más rica herencia. Menos mal que poner una vela a Dios y otra al diablo no debiera engañar a casi nadie.
No sabemos qué decidirá el Ejecutivo de UPN sobre la propuesta del Sr. Sayas; esto es algo interno y muy respetable de este partido. Sin embargo, nos preguntamos si el Ejecutivo de UPN dejaría que sus Juventudes propusieran un acercamiento al nacionalismo vasco, y si estas no deben ser fieles al ideario y programa previos del partido. De todas maneras, como las Juventudes de UPN están unidas a las políticas del partido al que sirven, ya sabemos donde están, pues dicho partido tiene los vicios raíz y la desorientación propia del liberalismo.
Agradecemos al Sr. Sayas por mostrar qué piensa, lo que sin duda fortalece a quienes defendemos el Derecho Natural, la raíz operante católica de Navarra, y nuestras mejores tradiciones que, en primer lugar, nos humanizan. Si podemos enamorarnos de Navarra es, además de las muchas cosas buenas que viven y trabajan nuestros conciudadanos o compratriotas, por la herencia de nuestros mayores que tiene capacidad configuradora y de hacerse futuro.
Juventudes Carlistas de Navarra (CTC)
Pamplona, a 16 de enero de 2009